miércoles, 11 de marzo de 2009

El arte de besar UNOS CONSEJITOS


Bésalo siempre como si fuera la primera vez. El énfasis que pongas al besar nunca será demasiado. Las caricias y las posturas sexuales son importantes, pero el beso es el acto más íntimo.

No te apresures. Disfruta el momento y relájate. No hay nada más impersonal y frío que un beso con los labios cerrados u ojos abiertos. Exprésate con sonidos de placer que le digan a tu compañero cuánto estás disfrutando la experiencia.

Capta el ritmo. Al principio intercambia una serie de besos lentos, suaves y cortos sin mucho ardor. Aunque el beso se vuelva agitado después, tus movimientos deben ser suaves y delicados en todo momento.

Besa en fases. Sé sensual y sexual al mismo tiempo, besándolo en etapas largas, alternando con y sin lengua. Juega con los labios, atrapa uno de sus labios con los tuyos. Besa sus comisuras, extiéndete por todo su rostro. Entre beso y beso roza sus labios con la punta de tu lengua, sin meterla en su boca.

Da cuatro besos en uno. Primero dale un simple contacto de labios cerrados que lo embriague y estremezca. Después unan sus salivas besándose de forma sencilla y serena. Luego metan su lengua en la boca del otro en busca de un contacto más penetrante e intenso. Por último entrelacen sus lenguas de forma totalmente profunda.

Bésalo con la boca abierta. Si lo haces con los labios húmedos, le producirás sensaciones muy excitantes y placenteras conforme avanzas, acaricias y estimulas el interior de su boca.

Mordisquéalo. Mete tu lengua en la boca de tu amor presionando un poco. Luego muerde con suavidad sus labios, de modo que el beso se vuelva un mordisco leve.

Explóralo. Recorre el interior de su boca con tu lengua, métela entre el labio y la encía y acaríciala, esto le dará un cosquilleo excitante. Recorre la parte inferior de la lengua de tu hombre y saborea su frenillo.

Fricciónalo. La lengua y los labios están llenos de terminaciones nerviosas placenteras que pueden llevar incluso al orgasmo. Lógralo poniendo tu lengua dura, métela y sácala de su boca con ritmo y fricción.

Succiónalo. Haz que él sienta que todo su cuerpo se involucra en una caricia, succionando su lengua hasta llenar a tu chico de deseo.

Colabora con él. Cuando él tome la iniciativa, coopera para que disfruten más. Limita los movimientos de su lengua y acógela con placer. Succionando levemente su lengua, lo estimularás y le mostrarás cuánto te gusta lo que él te hace.

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